Por Octavio Camelo Romero
Ya vacunaron a los profes y ya se volverá al aula a las clases. Sin embargo, nada se ha dicho de los cambios neuroeducativos o neuropedagógicos que se implementaran en la Escuela Mexicana y de las experiencias positivas de la “educación on line” que tuvieron los niños, adolescentes y jóvenes mexicanos. No se trata de volver a las viejas prácticas tradicionalistas que la mayoría del magisterio realizaba en el aula; hoy, por lo menos, se requiere de una evaluación crítica de la “educación on line” y extraer aquellos aspectos positivos que se deben conservar en el regreso al aula.
De pronto, sin que estuviéramos preparados, una terrible pandemia nos arrancó del mundo-aula, de estar presente, de la convivencia con los demás, del recreo, del uso del pizarrón, de la interacción cara a cara con los maestros y con los compañeros de clase, etc., y nos obligó, a una actividad pedagógica en casa, a que de la noche a la mañana los padres se convirtieran en pedagogos, a que las mamás no solo se convirtieran en asistentes educativas, sino en expertas utilizadoras de las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación.
De pronto los nativos digitales, que estaban acostumbrados al uso de las tecnologías para jugar, para chatear con sus amigos, se convierten en nativos digitales para aprender, para investigar información educativa, para realizar tareas de la escuela, etc. Y así, los televisores, las computadoras, las laptops, las tablets y los celulares se convierten en instrumentos necesarísimos para el proceso educativo, para recibir las clases virtuales. Con ello, el aula se reduce al tamaño de la pantalla de un celular o, cuando mucho, al tamaño de la pantalla de un televisor. Y la convivencia cara a cara, deja el paso a la convivencia digital o cuando mucho, a la video-convivencia o videoconferencia. Por efecto de la pandemia los nativos digitales se convierten al 100 por ciento en siervos de las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación, de las NTIC.
Estas nuevas condiciones de la educación pública y privada, modifican sustancialmente las relaciones interfamiliares; muchas mamás tuvieron que dejar de trabajar para atender a sus hijos en la educación virtual; otras tuvieron que emprender actividades de la economía informal para poder ayudarles a sus hijos en la elaboración de las tareas; los padres tuvieron que buscar otro empleo además del que ya tenían, para soportar el gasto familiar, etc. Y finalmente las relaciones interfamiliares sufrieron un gran deterioro, de ser cordiales pasaron a ser lo opuesto, relaciones de tensión emocional, relaciones estresantes, etc.
Sin embargo, no todo es negativo en las nuevas condiciones de la educación digital; los alumnos se han hecho expertos en la búsqueda de la información en Internet para la realización de sus tareas o deberes escolares, se han convertido en administradores de su tiempo educativo, etc. Estas nuevas condiciones educativas plantean necesariamente la modificación de las prácticas pedagógicas y didácticas incluso, en las condiciones de la vuelta a las aulas; la escuela mexicana ya no puede ser igual que antes, tiene que adecuarse a las condiciones del uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación. En fin
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