Por Lic. Roberto Guardado Jiménez
Cuenta una leyenda, que una hermosa princesa del Reino de Aticama, chaparrita, morenita, delgada, chatita, pelo y ojos negros vivía a la orilla del mar. Por las tardes iba al arroyo a refrescar sus pies… embelezado el arroyo, los besaba, el murmullo le cantaba, la alababa, las piedras no la tocaban.
Corría libremente por la Bahia de Matanchén, cantaba, reía, bailaba. Todos la amaban. El mar la arrullaba, dormida debajo de una palmera.
Era tan adorable.
En el arroyo, pisando las duras piedras, las plantas crecian y daban flores y frutos.
No tenía que pescar. Los peces y cauques saltaban a su cesta deseosos de besar sus labios.
El palmar se extendió, la selva enverdeció. En su reino, todos la cuidaban y admiraban. Era su princesa de Aticama.
Bahía de Matanchén. La noticia pronto se conoció. Unos navíos extraños armados con cañones anclaron. Atacaron el Reino de Aticama y la princesa huyó al arroyo.
Eran los españoles. Diferentes en apariencia y mejor armados. Todos los del Reino de Aticama huyeron a la sierra dejando a la princesa sola.
Con el murmullo de la corriente ella encontraba paz. Frutos, mangos, guayabas, ciruelas, yaca, torombolos, todo había.
El arroyo le daba todo. La princesa, con su presencia alegraba a las aves cantando. Pero un día…
Escuchó ruidos extraños… un español con armadura y montado en algo raro, tambien con armadura llegó a bañarse.
La princesita huyó y se escondió en la maleza. Desde su escondite veía un joven apuesto, tez blanca, barbado y se enamoró de él.
El soldado español la vió. Sonrió y saludó. Al otro lado del arroyo, la princesita tuvo miedo. Pero volvió a mirarlo.
Cuando los dos sonrieron y se saludaron nació el espiritu de la RAZA MESTIZA MEXICANA. Surgió el amor y la fusión entre dos culturas. Luego, las batallas contra los piratas, cobraron la vida del español y su navío se hundió frente a Aticama.
La princesita de Aticama se quedó sola otra vez en el arroyo.. Su dolor la convirtió en llanto y con el agua llegó hasta el mar. Ahi encontró a su amado que ya la esperaba…Ella se convirtio en la espuma y él en la fuerza del Oceano Pacífico (Cuento).
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