Las financieras y tiendas de empeño – En la opinión del LIC. LUIS MARTÍN H. ULLOA

JURIS POPULIX TANTUM

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Resulta ser que en nuestro Estado, la actividad empresarial preponderante es la industria del comercio de dinero, en los órdenes de préstamos personales y prendarios, denominados mutuos con garantía.

Estos usos sociales han propiciado el acrecentamiento de lo que podemos denominar la industria de la usura, puesto que su fortalece consiste en explotar a los pobres y necesitados, los que en forma desesperada van a esos nefastos lugares a empeñar su vida y libertad moral y psicológica.

Sostengo lo anterior en función a que por compartir un ejemplo, deviene a interés referir lo que es el BANCO AZTECA, por citarlo. Este organismo de finanzas presta dinero casi en su totalidad a personas humildes y de baja economía, a intereses inhumanos, como lo son los ordinarios y más aún los moratorios, esos que se cobran por no pagar en el plazo oportuno. Es decir; en vía de precisión podemos afirmar que un deudor sujeto a sus obligaciones usureras, termina pagando el 60% de intereses respecto del capital prestado, lo cual constituye un exceso abusivo por parte de esos empresarios artificiosos que terminan con la economía de las familias hasta consumirlos y enfermarlos en lo moral y en lo físico.

Lo irónico del asunto, es que esta empresa dirigida nacionalmente por el Grupo Salinas, le debe al SAT aproximadamente 33 mil millones de pesos y lejos de negociar con el aparato tributario para que esa deuda de impuestos fuese destinada a perdonar intereses a sus deudores, mejor concurren al recurso de amparo con tal de no pagar impuestos.

En lo que toca a nuestras tiendas piadosas de empeño, la usura sigue figurando a manos llenas, y por citar otra falaz empresa podemos decir que lo es la denominada CASA MAZATLÁN, misma que fabrica sus plazos de pago muy cortos, de manera premeditada y dolosa, para que los deudores pierdan sus prendas empeñadas, las cuales les son tomadas a un valor totalmente inferior al valor real en el mercado, esto también sin escrúpulos.

Estos desórdenes e injusticias sociales son regulados por nuestras leyes a través de la comisión bancaria y de valores, así como la CONDUSEF, sin embargo los mecanismos de defensa real a los usuarios financieros son muy pobres y escasos en esa materia, es decir; el pobre siempre pobre y cada día mas pobre, vaya injusticia que puede tildar en lo divino.
Recuerdo con mucho cariño a un viejo hablador que decía: – Pobre del pobre que al cielo no va, lo chingan aquí y lo chingan allá…

La reflexión que nos queda, es evitar esos abusos no tomando créditos inhumanos, pues ya dijimos que esas actividades son legales; no hagamos a los ricos más ricos, sus actividades son dolosas y se ríen de nosotros.

 

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