Pax narca y cosas peores

Flota la sospecha de que la estrategia de “Abrazos y no balazos” no es de pacificación sino de negociación con grupos armados.

Por Ana María Salazar / Análisis sin Fronteras / El Financiero

Desde el inicio de la administración de López Obrador flota la sospecha que su estrategia de “Abrazos y no Balazos” no es una estrategia de pacificación sino de negociación con grupos armados: no se metan con los que apoyan la 4T y papá gobierno no se mete con ustedes. O podría interpretarse como una estrategia para asegurar control y poder, aunque sea compartido con grupos criminales. O simple y llanamente el pragmatismo del presidente López Obrador y su Gabinete de Seguridad, reconociendo que el estado mexicano no tiene capacidad de enfrentarlos a todos los actores violentos a la vez, por lo tanto, hay que escoger el momento de enfrentar los adversarios que amenazan la viabilidad del estado.
O tal vez el presidente pensó que le ayudaría en su estrategia de polarización reunirse con la madre de Joaquín el “Chapo” Guzmán, pedir al gobierno de Estados Unidos una visa humanitaria para que la progenitora pudiera visitar a su hijo en una cárcel de alto seguridad. O que la “corrupta” oposición no tiene la autoridad moral de cuestionar sus seis viajes a Badiraguato, o la documentada injerencia del crimen organizado en las elecciones de los últimos dos años.
¿Entonces cómo explicar la detención de Ovidio Guzmán en Culiacán esta semana? Asegurar que es un “regalito” para darle la bienvenida a México al presidente, Joe Biden, es un argumento simplista, considerando el impacto que tendrá esta detención en la violencia y gobernabilidad en el país. El hijo que detuvieron, ni siquiera es considerado el más relevante de la organización. También es importante resaltar que aún con las varias detenciones y eventual extradición de Joaquín “el Chapo” Guzmán, papá de estos “muchachos”, resultó en la violencia después de la primera y segunda detención de Ovidio.
La realidad es que cualquier acercamiento, reconocimiento o negociación (directa o indirecta) con grupos criminales siempre resultará en que eventualmente, una de las partes, romperá el pacto. Siempre habrá una traición, y eventualmente el poder y la violencia que ejercen estas organizaciones solo se resuelve con desarticulación haciendo uso de la violencia. El sistema de justicia penal rara vez resuelve las amenazas y la violencia que ejercen las organizaciones criminales. Y mucho menos programas de becas y apoyos en efectivo.
La reducción de la violencia y el control territorial que ejercen las organizaciones criminales requieren una estrategia “guerra” para asegurar la desarticulación y destrucción de las estructuras de estas organizaciones. Muy similar a la estrategia calderonista de “guerra” que tanto ha denunciado Andrés Manuel López Calderón en sus conferencias mañaneras.
El error del presidente López Obrador fue promover o “sugerir” una pax narca y que podría asegurar gobernanza, por lo menos hasta el 2024, dejando al siguiente mandatario o mandataria a un país en llamas. Y aunque los objetivos de la detención de Ovidio eventualmente se transparentarán, lo que tenemos ahora es el inició de una guerra entre las fuerzas de seguridad y el Cártel del Pacífico. Pero también está detención ha desatado un enfrentamiento entre las diferentes organizaciones criminales que buscarán aprovechar el caos que se ha desatado.
La pax narca siempre será una ficción porque eventualmente el estado tendrá dos opciones: acompañar y proteger beneficiándose económicamente de las actividades delictivas. La segunda opción es enfrentarlos y destruirlos.
El error del presidente fue permitir que la estrategia de “Abrazos y No Balazos” se tradujera en dramático incremento del control territorial por parte de las organizaciones criminales. La organización y desarrollo de actos terroristas después de la detención de Ovidio, por miembros del Cartel del Pacífico, es un botón de ejemplo. El impacto en la población fue contundente después de la detención y continuará hasta el 2024. Pero todos los políticos, funcionarios y empresarios locales que se han beneficiado de la pax narca serán los siguientes objetivos. Y los futuros candidatos para elecciones nacionales, estatales y locales deberán recordar lo sucedido este 5 de enero del 2023 y la estrategia de “Abrazos y No Balazos” de López Obrador: Cualquier negociación con grupos criminales para asegurar su elección eventualmente resultará en una traición. Cualquier acuerdo económico seguramente resultará en su eliminación o encarcelación. Negociar con violentos eventualmente termina en violencia.

PD: Agradezco todas las condolencias y muestras de afecto expresados a mi familia por la muerte de mi madre Mary Margaret Slack. Gracias, mil gracias de corazón.

 

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