Por Octavio Camelo Romero
Aquello de que el Partido del Trabajo es un partido maoísta de línea de masas que lucha por el socialismo, quedó sepultado ante el oportunismo político y el pragmatismo del dueño del partido, otrora salinista. Aquellos incautos que creyeron en la lucha revolucionaria, en la lucha socialista, serán expulsados por no convenir a los intereses de los nuevos dueños, ya no del viejo círculo que manejaba al PT.
Este proceso de derechización de los Partidos Socialistas y Comunistas no es nuevo; en vida de Marx y Engels lucharon contra el oportunismo socialista; su lucha quedó patente en su obra de “El Manifiesto Comunista”. En vida de Bladimir Ilich Lenin también se dio la batalla contra el oportunismo de izquierda. Esta lucha contra la “derecha” camuflajeada de izquierda comunista rebasó las fronteras europeas de los Partidos Comunistas y por lo menos se internó en América del Norte y en Latinoamérica. Tocó a Fidel Castro y a Ernesto Che Guevara dar la batalla contra el oportunismo comunista y socialista.
Y hoy, de nuevo surge lo que al Partido Comunista Mexicano le sucedió, que la derecha oportunista compre la franquicia del único partido mexicano que se promulga por implantar en México el Socialismo. Con el SNTE al frente del Partido del Trabajo sucederá lo que sucedió en el PCM. Se seguirá y se expulsarán a todos aquellos que ingenuamente creyeron que la lucha por el socialismo era la verdadera lucha del PT, y que la lucha electoral se desarrollaba como lucha estratégica para avanzar por la vía electoral, en generar las condiciones para la formación de un frente patriótico que dentro del capitalismo conquistara los espacios para el bienestar social. En fin.
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