EL DÍA Y EL PREMIO DEL ABOGADO: DIFERENTES

Por DR. FERNANDO MEDINA MIRALRÍO

La iniciativa de celebrar en México, el 12 de julio como el Día del Abogado responde políticamente al propósito de reconocer la lucha por la Justicia y principalmente a quienes le sirven con lealtad y aptitud; la exposición motivos del Decreto señala: “La iniciativa de celebrar en México, a partir del
próximo 12 de julio el Día del Abogado, se inspira fundamentalmente en el propósito de enaltecer la dignidad de la Justicia y de quienes le sirven con lealtad y aptitud.”
Destacar ante la sociedad a quienes hacen prevalecer la Justicia es el fin del evento festivo, que se instituyó en México por Adolfo López Mateos, entonces Presidente de la República, como respuesta a la petición que le hiciera en 1959, el Diario de México, en voz de Rolando Rueda de León.
Se relaciona y se sustenta históricamente que el Dia del Abogado está conectado a dos fecha que se remontan al período colonial en la Nueva España: la primera, cuando el 21 de septiembre de 1551 el de Rey de España Carlos V, expidió la Ordenanza Real de Buen Gobierno, que generó 16 meses después el nacimiento de la Real y Pontificia Universidad de México el 25 de enero de 1553; y la segunda, cuando en este mismo día, Bartolomé de Frías y Albornoz, leyó la Prima de Leyes, cátedra basada en el Corpus Juris Civile
que era la columna vertebral de la enseñanza en las escuelas de Derecho de origen latino.
En Nayarit se creó el Premio Estatal de la Abogada y el Abogado anualmente, en el marco del Día del Abogado; es decir, hay dos situaciones diferentes; una lo es el festejo del Día del Abogado en el ámbito nacional; la otra, el evento del Premio Estatal de la Abogada y el Abogado edición 2024, o edición anual, ello en el marco del Día del Abogado. El Día del Abogado es independiente del Premio Estatal, el primero se festeja entre los abogados que ejercen libremente su profesión en concertación o al margen de la intervención gubernamental, es decir, no requiere para existir de la colaboración del gobierno, pueden los abogados organizarse libremente y festejar su día. En el Premio Estatal de la Abogada y el Abogado, las organizaciones profesionales son invitadas a participar con propuestas de abogados con posibilidades de ser premiados con una presea; es un evento exclusivo del Gobierno Estatal y la Comisión del Premiación la integran los representantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. El filtro preliminar se da con la propuesta de las organizaciones profesionales, y la evaluación queda en manos exclusivamente de los funcionarios públicos, en esa etapa ya no se escucha a los gremios, quedan al margen. No hay una defensa razonable de la propuesta presentada.
La finalidad entre el Día del Abogado y el Premio Estatal del Abogado es muy distinta; el festejo del primero se instituyó para enaltecer la dignidad de la Justicia y de quienes le sirven con lealtad y aptitud; y el segundo, según la convocatoria publicada por el Gobierno Estatal, es reconocer la trayectoria de las y los abogados cuyo merecimiento contribuya a fortalecer y dignificar la profesión jurídica en beneficio de la sociedad nayarita. La naturaleza entre uno y otro evento son diferentes, persiguen fines diversos. Enaltecer la dignidad de la Justicia, no tiene nada que ver con el reconocimiento de la trayectoria profesional; y reconocer a quienes sirvan a la Justicia con lealtad y aptitud, tampoco se relaciona con la intención de reconocer fortalecer y dignificar la profesión jurídica.
Se invitó a participar en el Premio Estatal a todo mundo, fue abierta y plural la convocatoria; con un requisito primordial en el caso de instituciones u organizaciones públicas y privadas: estar debidamente constituidas y registradas ante la Dirección Estatal de Profesiones y Actividades Técnicas.
¿Cuáles cumplieron con el requisito de estar registradas ante la Dirección Estatal de Profesiones y Actividades Técnicas? ¿Se cuidó este detalle? Y el problema es mayúsculo si no se cuidó tal menudencia, porque la evaluación y la selección se realizó considerando aspirantes propuestos por organizaciones que no cumplían con tal recaudo, circunstancia que influyó en la decisión de la Comisión de Premiación.
Algo que no es de mi agrado, pero es política internacional que hay que fomentar para dignificar a la mujer, es otorgar un premio atendiendo a la paridad de género. No dudo de ejemplos destacados de mujeres nayaritas, pero discrepo de que se otorgue un premio basado en la política de género, pues el premio se convierte en denigrante de su derecho a ser premiada por sus méritos: “se te dio el premio por ser mujer”.
La convocatoria carece de una mecánica y una metodología para evaluar a los aspirantes al premio estatal; ¿son acaso únicamente el cumplimiento de los requisitos de tipo administrativo estipulados en uno de sus artículos? Si todos cumplieron con estos requisitos entonces todos deben de ser premiados. ¿Pero cuáles fueron los parámetros, los criterios, las bases de selección? Eso quedó en la oscuridad y en la discrecionalidad del Comité de Premiación.
Ojalá que en los años por venir se atienda con una metodología bien estructurada y un estudio de opinión especializado, recabar quiénes serán meritorios al premio estatal y corresponda a los abogados directamente evaluar y seleccionar a los aspirantes mediante reglas transparentes y con criterios sustentados, primordialmente entre los abogados postulantes que a diario en los tribunales enaltecen la dignidad de la Justicia y sirven con lealtad y aptitud a ella con la exposición de sus razonamientos y discursos jurídicos. Circunstancia muy distinta a quienes ejercen el Derecho desde el poder público, pues para nadie es desconocido que el servidor público sirve siempre a su patrón que es el Gobierno; y los gobiernos dicen que cuidan la Justicia y los Derechos Humanos, y la sociedad observa que esto es una vil mentira.
En este Nuevo Orden Gubernamental que viviremos, porque el triunfo de Claudia Sheimbaun, haya sido auténtico o ilegitimo, eso ya no tiene reversa, plantea una visión distinta de los futuros acontecimientos nacionales, y entre ellos será de muchísima relevancia la Impartición de Justicia y el Estado de Derecho.
Festejo con alegría el Día del Abogado, porque más allá de un premio está el compromiso de enaltecer la Dignidad de la Justicia y en esa lucha deberemos de estar juntos premiados y no premiados.

 

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