Por Lic. Roberto Guardado Jiménez
Los ejidos de La Bajada, La Palma y Aticama comparten las margenes de este hermoso recurso natural. En las diferentes comunidades hay acciones ambientalistas que buscan proteger y mantenerlo en su estado natural.
El nacimiento principal se encuentra en La Bajada. Rodeada de cerros con vegetación tropical, las calles de la población serpentean entre colinas que le dan un aspecto singular. Otros ojos de agua aportan al caudal durante el recorrido hacia el mar.
Una de las características de esta localidad, es que están comprometidos a la conservación del medio ambiente, realizando acciones concretas desde hace varios años.
Al recorrer las calles no hay acumulación de basura, solo desechos plasticos que seguramente arrojan los escolares. Al respecto, existen plàticas con alumnos de diferentes niveles.
Los recursos naturales de la región son aprovechados para cultivar mango, yaca, guanabana, aguacate, frijol, maiz calabaza, etc. La riqueza ecologica es otro de los recursos.
A este respecto, Gildardo Carlos Pérez, dirigente del comisariado ejidal comentó que grupos de la Universidad Autónoma de Nayarit visitan periódicamente la región para estudiar diferentes especies de la flora y la fauna.
Destacó el apoyo del maestro Carlos Villar, Biólogo de la UAN, y de Germán Ornelas y Pedro Sandoval, Vigilantes Forestales de la PROFEPA.
Desafortunadamente, algunos pobladores siguen arrojando desechos al arroyo y quemando basura cerca del mismo. Es urgente que se supervise las márgenes del arroyo para concientizar a los habitantes de la importancia de cuidar la naturaleza. Simplemente porque somos parte de ella.
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