EL SÍNDROME DEL PODER SE APODERÓ DE LAS ELECCIONES NAYARITAS

Por Octavio Camelo Romero

El Síndrome del Poder, o Síndrome de Hubris, es un trastorno de la personalidad que padecen principalmente los políticos, los potentados y los gobernantes, esto es, los personajes con Poder económico y político.

Las personas que padecen este síndrome tienen las características de ser personas soberbias, arrogantes, egocéntricas, temerarias, megalómanas, orgullosas, narcisistas, impulsivas y con un toque de locura o esquizofrenia.

Estos personajes se distinguen también por realizar obras faraónicas que los destaquen; ordenan realizar monumentos, estatuas, murales y cuadros que lleven su imagen para quedar inmortalizados. Son individuos que se creen dioses y que todo lo que hacen es correcto y perfecto, difícilmente admiten sus errores y culpas, consideran a sus críticos como sus verdaderos enemigos y los tratan como tales.

En Nayarit, en su pasado y en su presente, se localizan personajes con este Síndrome del Poder o Síndrome Hubris. Con razón se dice que el Poder a los inteligentes los vuelve tontos y a los no-inteligentes los vuelve locos.

Lo preocupante es que a ciertas personas suspirantes a ocupar algún puesto de elección popular ya han sido presas de este Síndrome. Solo basta con observar el actuar de los y las candidatos para darnos cuenta que ya tenemos a nuestros representantes del Síndrome de Hubris.

El Poder afecta de cierta manera a todos los que lo ejercen; las personas que tienen Poder caen en una especie de esquizofrenia, evaden la realidad y como que se trasladan a otro planeta; no se ubican en el tiempo y espacio en que viven, lo que provoca que tomen decisiones erróneas que afectan obviamente a sus gobernados. Imagínense esta actitud esquizofrénica desde que se es candidato o candidata a un puesto de elección popular, ya sea a la gubernatura, al ayuntamiento o simplemente a una diputación.

Esta enfermedad se considera pasajera, sobre todo en las personas que buscan o ya tienen el Poder Político; y se dice que dichas personas padecen el Síndrome mientras buscan o ya se encuentran encumbrados en el Poder; más al dejar éste, vuelven a vivir su realidad y pasan a ser personas “ordinarias” que, desde luego, no encuentran un espacio amable en donde vivir y convivir, ya que el rechazo social es muy fuerte a su persona.

Los actuales candidatos a gobernador deben de sobreponerse al Síndrome Hubris porque si desde este momento son presa del mismo, ¿Cómo será el ejercicio del Poder? Sin lugar a dudas de que, si salen triunfantes de los comicios electorales, su gobierno será un gobierno despótico, de ocurrencias. Y Nayarit ya no aguanta a otro gobierno despótico y de ocurrencias. En fin

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