TODOS LOS ENEMIGOS DEL PRESIDENTE

Por Julio Patán

Aquí no hay medias tintas. Esto es una guerra, aunque sea una guerra amorosa, no sólo por el país: por las conciencias. Y hay dos bandos bien definidos.
De un lado, el de las fuerzas del mal, están The Economist, el New York Times, El País, Los Angeles Times, el Financial Times, el Wall Street Journal, el Washington Post y Forbes; el 99.9999999999% de los medios mexicanos; la presidenta Kabala y el presidente Joe Biden, que le dan dinero a la sociedad civil; la sociedad civil; la OEA; la ONU, que se hace pato y no nos ayuda a conseguir vacunas gratis; las farmacéuticas que producen vacunas y no nos las quieren dar gratis; los españoles, todos, pero sobre todo los de Iberdrola; los muchos premios Nobel que le entregaron el anti Nobel a nuestro Presidente por su manejo de la pandemia y que lo metieron en el mismo paquete con una runfla de dictadores; los dueños de empresas energéticas con sus reguiletes, que le quitan el aire al pueblo y afean el paisaje, y con sus paneles solares; todo el Sistema Nacional de Investigadores menos el fiscal Gertz Manero; Krauze, Aguilar Camín y los tres mil 800 intelectuales que firmaron un desplegado contra la Cuarta, que, como todos sabemos, va; Arturo Pérez Reverte, que se permitió mancillar la reputación de nuestro líder; los mediquitos privados, esos fifís, con sus protestas porque no los vacunan; todos los partidos menos los norcoreanos del PT, los evangelistas del PES y ya no sabemos si los compañeros del Verde, que como sabemos son de ideología fluida; el INE, que hizo trampa aunque ganamos la elección; los padres de los niños con cáncer; los chilangos, que se dejaron engatusar por la propaganda conservadora, pero no todos, sino los de clase media, los machuchones, que sí creen que es grave que la gente se muera en el Metro, y, pa’pronto, toda la clase media del país, que ya sabemos que es ambiciosa, aspiracionista y malvoto.
Del otro lado, el de las fuerzas del bien, el de los amigos, están Alberto el Titanic Fernández, 12 intelectuales incluido Damián Alcázar (hace dos meses eran 10, ¿eh?: la Cuarta, les digo, va), toda La Jornada menos Magú y el doctor Gatell, que aparte de ser un funcionario de primera y un medicazo, tiene el título de Primer Pararrayos de la Nación. Luego están los equidistantes, que, si lo piensan, son mártires de la 4T: están dispuestos a inmolarse y pasar a la posteridad como unos mediocrazos a mayor gloria de nuestro líder. Ah, se me olvidaba: y el crimen organizado, que se portó a toda madre.

@juliopatan09

 

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