La farsa del 1 de agosto

Por Enrique Quintana

Ha comenzado ya la difusión intensiva de la consulta popular del 1 de agosto, una consulta que no puede sino calificarse como farsa.Recuerde usted que la pretensión del presidente de la República era establecer una consulta para determinar si habría que llevar a juicio a los expresidentes, comenzando con Carlos Salinas y terminando con Enrique Peña. En el texto propuesto venían con nombre y apellido.
Además, recuerde también que la pretensión era que se realizara junto con la jornada electoral, pretendidamente, para reducir su costo, pero realmente para apalancar políticamente a Morena.
Al final de cuentas esa redacción fue rechazada por la Corte por su evidente inconstitucionalidad, pues no se puede poner a consulta popular la aplicación de la ley.
Sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que en la campaña pública que está realizando Morena se apunte expresamente que se trata del juicio a los expresidentes.
Es decir se está convocando a la ciudadanía a una consulta que no habrá de realizarse, pues esa no es la pregunta que aparecerá en las papeletas. La que sí aparecerá la redactó la Corte, realizando funciones legislativas que no le corresponden y dejó un texto ininteligible.

Además, hay que recordar que de acuerdo con la Constitución, para que sea vinculante la consulta, es decir para que sea obligatorio que se realicen acciones que se deriven del resultado, se requiere una participación del 40 por ciento de la lista nominal de electores, lo que hoy representa poco más de 37 millones de personas, una cifra que ni remotamente se va a alcanzar.
¿Qué sucederá entonces en la mañanera del lunes 2 de agosto?
Dé por un hecho que el presidente de la República señalará que se trató de un ejercicio democrático exitoso en el cual los ciudadanos mostraron su acuerdo en que se investigue a los expresidentes.Sin embargo, lo más probable es que señale que esa es una tarea que deberá decidir la Fiscalía General de la República, pues tiene un carácter autónomo. Pero no sería raro que ese mismo día, como colofón del show se anuncie la formación de algo así como una Comisión de la Verdad.
El objetivo será sacar toda la rentabilidad política que sea posible a la consulta.
Es probable que ese lunes 2 de agosto, el presidente también diga que el hecho de que no se haya alcanzado una mayor cifra de participantes fue por la campaña en contra tanto de los conservadores como del propio Instituto Nacional Electoral. Seguramente no dirá que fueron los propios legisladores, incluyendo los de Morena, los que fijaron que la difusión por parte del INE comenzaría a partir del 15 de julio.
Además, esta consulta, o más bien farsa, será un ensayo de lo que habrá en marzo próximo, cuando se pondrá sobre la mesa la revocación de mandato.
Alrededor de esa consulta del próximo año habrá eventos políticos más serios y no descarte usted que se presente alrededor de ella una tormenta que todavía ni imaginamos.’

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