La erosión de la democracia en México | Opinión

Más allá de las diferencias entre los resultados de estos estudios sobre la democracia y el Estado de Derecho en México, es evidente que la democracia mexicana se ha venido deteriorando y que la erosión de las instituciones democráticas se ha acentuado en lo que va del Gobierno de López Obrador.

Rogelio Muñiz Toledo

En su Diccionario del Siglo XXI, escrito a finales del siglo pasado, Jacques Attali alertó sobre uno de los riesgos que podría correr la democracia en el mundo: “Habrá partidos políticos que se infiltren en la democracia para destruirla. Ciertos totalitarismos tomarán democráticamente el poder para no abandonarlo más. El ejercicio de la democracia se manifestará como liberticida“.
Lamentablemente el pensador francés no se equivocó. En las primeras dos décadas del siglo XXI, estamos viendo países, en todas las regiones del mundo, cuyos regímenes democráticos se han erosionado debido a graves retrocesos en materia de derechos y libertades, a que han dejado de celebrarse elecciones libres y auténticas o al debilitamiento de la sociedad civil y del Estado de Derecho. En algunos casos el deterioro de la democracia ha hecho que los regímenes dejen de ser democracias plenas o, de plano, devengan en autocracias o dictaduras.
Recientemente se publicaron dos de los más importantes reportes sobre el estado de la democracia en el mundo y hace algunos meses un reporte que mide la situación del Estado de Derecho en México. Se trata del reporte sobre El estado global de la democracia 2021 (1) y del informe sobre El estado de la democracia en América Latina y el Caribe 2021 (2), ambos del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), del Índice de la Democracia 2021 (3) de la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist (EIU, por sus siglas en inglés), y del Índice del Estado de Derecho en México 2020-2021 (4) del World Justice Project.
De acuerdo con estos reportes e índices, muchos regímenes democráticos en el mundo han dejado de ser democracias plenas, o simplemente han dejado de serlo, para convertirse en regímenes híbridos -caracterizados por crecientes rasgos autoritarios, según la definición de IDEA Internacional- o en regímenes autoritarios o dictaduras.
Según IDEA Internacional, en 2020 el 43% de las democracias en el mundo se había deteriorado en los cinco años previos. En lo que va de este siglo, América Latina “perdió cuatro democracias”: Haití y Honduras (que pasaron a ser considerados regímenes híbridos) y Nicaragua y Venezuela (que degeneraron en autocracias). Cuba sigue siendo una dictadura. La situación no parece mejorar porque los regímenes híbridos se deterioran aún más y las autocracias tienen una tendencia a afianzarse, señala IDEA Internacional.
De los 23 países de América Latina y el Caribe analizados por IDEA Internacional, solo Uruguay tiene una democracia de desempeño alto, en 13 países la democracia tiene un desempeño medio, en 4 un desempeño bajo, 2 son regímenes híbridos y 3 son dictaduras.
En el Índice de la Democracia 2021 de la EIU se analizaron 167 países. Solo 21 tienen democracias plenas, 53 son democracias defectuosas, 34 regímenes híbridos y 59 regímenes autoritarios. Esto significa que el 55.7 % de los países analizados no son democracias y solo el 12.6% son democracias plenas. El 54.3% de la población mundial no vive en democracia y solo el 6.4% vive en una democracia plena.
Según el Índice de la Democracia 2021 de la EIU, de 2020 a 2021, 13 países cambiaron la situación de sus regímenes políticos, 9 en sentido negativo y solo 4 mejoraron. En América Latina, Chile pasó de ser una democracia plena a una defectuosa y Ecuador, México y Paraguay descendieron en la clasificación al pasar de democracias defectuosas a regímenes híbridos.
Los resultados para México son poco alentadores. De acuerdo con IDEA Internacional, entre 2000 y 2020 la democracia en nuestro país se ha estancado en un nivel de desempeño medio, como la mayoría de las democracias de América Latina. Este estancamiento de la democracia mexicana se explica en muy buena medida por un descenso en los indicadores para medir el “acceso a la justicia”, la “independencia judicial”, la “integridad de los medios de comunicación” y la “aplicación predecible de la ley”.
En el Índice de la Democracia 2021 de la EIU, México pasó de ser una democracia defectuosa en 2020 a un régimen híbrido en 2021. En 2021, México obtuvo una puntuación de 5.57 en una escala de 0 a 10, lo que lo colocó en el lugar el lugar 17 de los 24 países de América Latina analizados y en el sitio 86 de los 167 países estudiados a nivel mundial. Nuestro país cayó poco más de un punto -de 6.67 a 5.57- entre 2006 y 2021. Casi la mitad de ese retroceso sucedió entre 2020 y 2021, al pasar de 6.07 a 5.57 puntos.
Del análisis de la EIU se desprende que los principales signos de deterioro de la democracia mexicana son los siguientes: los intentos de Andrés Manuel López Obrador por concentrar el poder en la presidencia de la república; sus ataques a los medios de comunicación; su intento por realizar una reforma electoral regresiva que, junto con la permanente descalificación a las autoridades electorales, podría vulnerar la independencia de estas; así como la falta de tolerancia ante las críticas a su Gobierno.
De conformidad con el marco conceptual de la EIU, en un régimen híbrido, a diferencia de lo que sucede en una democracia defectuosa, las irregularidades en las elecciones impiden que estas sean libres y justas, hay una sociedad civil y un Estado de Derecho débiles, el poder judicial no es independiente y hay corrupción generalizada y acoso y presión sobre las y los periodistas.
Como se puede observar, para el caso de México hay grandes coincidencias en los datos de IDEA Internacional y de la EIU, pero también algunas diferencias importantes; sobre todo en la clasificación del régimen. El primero lo ubica como democracia de desempeño medio y el segundo como un régimen híbrido. Esto se puede explicar en muy buena medida por las diferencias en la metodología y en el marco conceptual utilizados.
Destaco los temas integridad electoral y libertades civiles, en los que me parece que el índice de la EIU infravalora la situación en México. En la categoría de análisis denominada “pluralismo y proceso electoral”, le asigna a México una calificación de 6.92, debajo del promedio en América Latina (7.35), con un nivel igual al de Guatemala y Guyana y solo superior al de Bolivia y Haití. En la categoría de análisis identificada como “libertades civiles”, califica a México con 5.59, también debajo del promedio en América Latina (6.64), con un nivel inferior al países como Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras, igual al de Bolivia y solo superior al de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
En contraste, para IDEA Internacional, México es uno de los ocho países en el mundo que combinan buenos puntajes en elecciones limpias con un más pobre rendimiento en libertades civiles y controles sobre el Gobierno, destacando que los cuestionamientos a la integridad electoral han venido desde el poder ejecutivo y su partido, como parte de una campaña por desprestigiar a las autoridades electorales.
Una de las coincidencia que conviene destacar entre los reportes de IDEA Internacional y el índice de la EIU es la relacionada con el Estado de Derecho. Sus hallazgos también coinciden con los resultados del Índice del Estado de Derecho en México del World Justice Project. Según este último, en México ha habido un “estancamiento en el progreso del país hacia un Estado de Derecho robusto”, con caídas importantes en materia de justicia penal y seguridad, “un continuo debilitamiento de la libertad de prensa y una contracción del espacio cívico”; a pesar de lo cual, los medios de comunicación y la sociedad civil fueron “los contrapesos más efectivos del poder ejecutivo estatal por tercer año consecutivo, por encima del poder legislativo, el poder judicial, los organismos de fiscalización y control, y las comisiones de derechos humanos”.
Más allá de las diferencias entre los resultados de estos estudios sobre la democracia y el Estado de Derecho en México, lo que es evidente es que la democracia mexicana se ha venido deteriorando y que la erosión de las instituciones democráticas se ha acentuado en lo que va del Gobierno del presidente López Obrador.
De acuerdo con el índice de la EIU, habría una tendencia a una mayor erosión de la democracia conforme se acerquen las elecciones de 2024. Me parece que el riesgo de que esto suceda es real, sobre todo si continúan las constantes e infundadas críticas del presidente de la República al poder judicial y a los organismos constitucionales autónomos -en particular al INE y al Tribunal Electoral-; si el titular del poder ejecutivo sigue con su desdén por el Estado de Derecho -o si lo intensifica, como ha sucedido en las últimas semanas-; y si López Obrador continúa con el acoso y la presión sobre periodistas, medios de comunicación y críticos a su administración y a las decisiones inconstitucionales y tentaciones autoritarias de su Gobierno, de las mayorías parlamentarias de Morena y de las y los gobernantes locales de su partido.

(1) International Institute for Democracy and Electoral Assistance (International IDEA), The Global State of Democracy 2021. Building Resilience in a Pandemic Era, Estocolmo, 2021.
(2) Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), El estado de la democracia en las Américas 2021. Democracia en tiempos de crisis, Estocolmo, 2021.
(2) The Economist Intelligence Unit Limited, Democracy Index 2021. The China challenge, Londres, 2022.
(3) World Justice Project, Índice de Estado de Derecho en México 2020-2021, Washington, DC, 2021.

* Economista y filósofo francés. Fundador y primer presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo

Publicación original: https://aristeguinoticias.com/1902/opinion/la-erosion-de-la-democracia-en-mexico-articulo/

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