Un menor de un año de edad fue devorado vivo por un cocodrilo mientras sus padres se encontraban remando en un río en Malasia. El pequeño fue arrebatado de la canoa por el cocodrilo cuando su papá y mamá estaban de pesca en la costa de Lahad Datu en Sabah, Malasia, el pasado primero de diciembre.
El padre también resultó gravemente herido por el animal, pero no logró salvar a su pequeño del ataque. El papá del bebé recibió múltiples mordeduras, incluida una gran herida en la cabeza, sin embargo, cuando llegó a la orilla, ya el cocodrilo había arrastrado a su hijo a las profundidades.
Posteriormente, alcanzaron a ver al animal saliendo nuevamente a la superficie con el cuerpo del niño en sus fauces, pero se sumergió de nuevo en el agua con el cadáver, según el diario británico The Mirror, el cual reporta todo el caso.
De acuerdo con Sumsoa Rashid, el jefe de la Agencia de Bomberos y Rescate de Lahad Datu: “El padre sufrió heridas graves en la cabeza y el cuerpo. Su hijo sigue desaparecido y las operaciones de búsqueda están en curso”. De igual manera, declaró que el padre fue llevado al hospital local para recibir tratamiento médico.
Rashid aseguró que la presencia del cocodrilo en la zona no deja de ser peligrosa: “Les hemos advertido de los peligros adicionales en este momento y pedido que tengan especial cuidado porque es probable que el cocodrilo todavía esté en el área”.
En el área existe una amenaza permanente por ataques de cocodrilos, y debido al incidente, la Policía Real de Malasia y la Policía Marina se unieron al departamento de bomberos local, que se encuentran en la búsqueda del cuerpo del niño.
Sin embargo, controlar a la gente en la zona es difícil, debido a que la mayoría de los residentes depende de la pesca, por lo que el jefe de la Agencia de Bomberos y Rescate dijo: “Muchos residentes allí dependen del río para su alimentación y sustento, por lo que necesitan ir al agua”.
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