Adán Augusto López es el encargado de encabezar las mañaneras, lo que le cayó como ‘anillo al dedo’ para promoverse como el hombre de confianza del presidente.
Por Pablo Hiriart / El Financiero
La enfermedad del Presidente le cayó “como anillo al dedo” al secretario de Gobernación para promover su precandidatura presidencial.
A él le encargaron las conferencias matutinas mientras AMLO se recupera, pero Adán Augusto López lo tomó como el testamento político de su jefe. Y puso a trabajar a sus operadores electorales.
Únicamente le indicaron que “encabezara las mañaneras”. Sus propagandistas lo presentan como un “destape”.
Algo así como el inolvidable mensaje de Hugo Chávez, cuando desde su lecho de enfermo en La Habana ordenó que su sucesor fuera Nicolás Maduro (y dejó fuera a Diosdado Cabello).
La estructura nacional que promueve la candidatura del secretario de Gobernación subió mensajes y propaganda con imágenes de la conferencia mañanera y la leyenda: “Adán Augusto es el hombre de confianza del Presidente”.
Adán Augusto está seguro en el atril presidencial. Adán Augusto está sonriente en el salón Tesorería de Palacio. Adán Augusto es “capacidad y lealtad”. Adán Augusto “dará continuidad a la tarea de transformación, por indicaciones del Presidente”.
Demasiada propaganda para un covid con “síntomas leves” que no le impide a AMLO seguir trabajando con la fuerza de un león desde su cama.
Eso de que “Adán Augusto dará continuidad a la tarea de transformación por indicaciones del Presidente” lo expresó el gobernador de Tabasco, José Manuel Merino.
¿La continuidad se logra con una conferencia de prensa mientras AMLO se recupera de un covid “con síntomas leves”?
Al grano: Adán Augusto López está desatado.
¿A quién se le ocurre promoverse cuando el jefe está postrado por un asunto menor, o incluso mayor?
Y ¿qué necesidad de subrayar en la propaganda del secretario que “es el hombre de confianza del Presidente”?
Cuando López Obrador perdió la elección en Tabasco contra Salvador Neme Castillo, Adán Augusto estaba en el PRI.
Al salir Neme de la gubernatura le sustituyó en el cargo Manuel Gurría Ordóñez, del equipo de Carlos Hank González, y nombró subsecretario de Gobierno a Adán Augusto López.
Es decir, cuando AMLO dice que era acosado por el mandatario priista de Tabasco, el subsecretario de gobierno era Adán Augusto López.
Luego, cuando AMLO llegó a presidente del PRD, su “hombre de confianza”, es decir Adán Augusto, se quedó en el PRI.
En la campaña del priista Manuel Andrade al gobierno de Tabasco, contra el candidato de AMLO (el perredista Raúl Ojeda), Adán Augusto fue el coordinador de la campaña de… Manuel Andrade.
La elección se tuvo que repetir porque AMLO alegó fraude contra su candidato Ojeda y el tribunal le dio la razón: nuevos comicios en Tabasco.
En la segunda elección, el priista Manuel Andrade y su jefe de campaña, Adán Augusto López, derrotaron otra vez a la maquinaria de López Obrador y a su candidato Raúl Ojeda. Siguieron con el cuento del fraude, pero sus alegatos carecían de sustento.
Por esos pleitos entre la gente del trópico, que suelen ser personales, súbitos, profundos, aunque no siempre irreversibles, Andrade y Adán Augusto se distanciaron.
Así llegó Adán Augusto López al partido de López Obrador (el PRD).
Su propaganda dice que –ahora– “es el hombre de confianza del Presidente”. Tal vez así sea, pero qué circunstancia tan fuera de lugar para promocionarse.
Desde el púlpito de Palacio Nacional, Adán Augusto usa un leguaje pendenciero para mimetizarse con su jefe. Quienes lo conocen dicen que no es así. O no lo era.
Ante el desaseo informativo del vocero presidencial, que originó dudas e incredulidad, el secretario de Gobernación habló como hace AMLO: “Las especulaciones son producto de la malquerencia de algunos”.
Y sobre lo publicado por el decano de los diarios del sureste –AMLO se desvaneció–, contestó con la virulencia que le caracteriza a su jefe: “Pues que es una absoluta mentira. No será la primera vez ni la última que miente el Diario de Yucatán”.
Adán Augusto –como hacían los voceros de Mao, Stalin, Castro o Chávez cuando enfermaban– presenta a López Obrador como un roble:
“El Presidente está al frente de todos los asuntos del país, está en permanente comunicación con quienes tenemos diversas tareas de gobierno… se mantiene en comunicación permanente, en este caso con un servidor, con quienes integramos el gabinete de seguridad: el secretario de Defensa, Marina, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, el secretario de Relaciones Exteriores”.
O sea que AMLO trabaja más desde la cama que como hace a diario en sus oficinas.
Y el equipo del secretario de Gobernación nos dice que Adán Augusto dará continuidad a la transformación que encabeza López Obrador… mientras está en cama.
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